¿APOYA HECHOS 13:48 AL CALVINISMO?
Hechos 13:48 es uno de los textos probatorios más referenciados y utilizados por los calvinistas para apoyar su creencia en la elección incondicional. Y, ciertamente, este versículo, cuando se lee con las afirmaciones de la cosmovisión calvinista en el enfoque, parece respaldar esas afirmaciones. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que esto es cierto para cualquier texto probatorio que se utilice para respaldar cualquier perspectiva dada. Es por eso que lo llamamos "textos probatorios". Sin embargo, este es un texto utilizado en su mayor parte por teólogos calvinistas, pero mayormente evitado por apologistas y eruditos calvinistas, este es un ejemplo perfecto de cómo se ignora el contexto. Este tipo de texto, si se usa en contexto, claramente respalda la perspectiva wesleyana del argumento, por lo tanto, se debe tener mucho cuidado para investigar completamente el contexto y tratar de descubrir la verdadera intención del autor bíblico para cada texto probatorio que se ofrece.
Antes de analizar Hechos 13, recordemos un par de reglas para una hermenéutica adecuada (método de interpretación).
“Los textos didácticos configuran la Doctrina” y “Las narrativas ayudan a informar la Doctrina”. Las narraciones están destinadas a contar una historia, no a enseñar creencias teológicas fundamentales. Hechos 13 es una narración y, aunque puede ayudarnos a comprender mejor nuestras creencias doctrinales, no debería ser fundamental para desarrollar nuestra teología.
El “texto sin contexto es un pretexto” para el texto probatorio. Tenemos que mirar lo que está sucediendo en el momento en que el autor está escribiendo para comprender mejor la posible intención del autor. Con esto en mente, veamos el contexto histórico de Hechos 13.
Imagínese si el Nuevo Testamento fue escrito en 1835 d.C. en México durante “la invasión estadounidense de Texas”. El “contexto histórico” implicaría las tensiones entre estadounidenses y mexicanos y, por lo tanto, afectaría la elección de palabras del autor dentro de esa dinámica social. Asimismo, en el primer siglo existe una dinámica entre judíos y gentiles que es necesario comprender para representar correctamente las verdaderas intenciones del autor.
Considere el hecho de que los israelitas, el “pueblo elegido” de Dios, generalmente no creían en el evangelio, mientras que los gentiles, “pueblo no elegido” de Dios, creían en el evangelio en gran número. El gran debate de ese día fue si Dios realmente había incluido (injertado) a pecadores paganos de otras naciones al pueblo de Israel. Los autores bíblicos, y muy especialmente el Apostol Pablo, hacen todo lo posible para argumentar el caso de que los gentiles también fueron designados (ordenados) por Dios para vida eterna.
La pregunta del primer siglo no era: "¿Ha elegido Dios salvar irresistiblemente a algunos y dejar al resto en una condición sin esperanza?" Más bien, la pregunta que se debatía era, de hecho, "¿Dios realmente ha designado a esos mestizos paganos, gentiles no elegidos y perros incircuncisos para la vida eterna?"
Si llegamos al texto con el contexto equivocado, lo más seguro es que encontremos la respuesta equivocada. De hecho, podemos encontrar una respuesta que el texto ni siquiera intentó abordar. Entonces, ¿qué se está tratando en el contexto histórico del capítulo 13 de Hechos?
Consideremos algunas frases específicas que iluminan y revelan lo que realmente está sucediendo en este momento. Note que en este discurso, el Apostol Pablo está hablando tanto a Israelitas como a gentiles. Comienza explicando la elección nacional de Israel y los propósitos que Dios cumplió a través de los pueblos judíos.
“16 Entonces Pablo, levantándose, hecha señal de silencio con la mano, dijo: Varones israelitas, y los que teméis a Dios, oíd: 17 El Dios de este pueblo de Israel escogió a nuestros padres (elección nacional de Israel), y enalteció al pueblo, siendo ellos extranjeros en tierra de Egipto, y con brazo levantado los sacó de ella. 18 Y por un tiempo como de cuarenta años los soportó en el desierto; 19 y habiendo destruido siete naciones en la tierra de Canaán, les dio en herencia su territorio. 20 Después, como por cuatrocientos cincuenta años…”.(Hechos 13:16-20)
Del versículo 14 sabemos que los apóstoles están hablando en una sinagoga judía en sábado y el versículo 16 especifica que la audiencia incluye gentiles que ya creen en el Dios de Israel y desean adorarlo. Muchos gentiles temerosos de Dios creían genuinamente en Dios y aún no se habían endurecido en la religiosidad de las enseñanzas farisaicas. Nadie podría describir correctamente a estos gentiles temerosos de Dios como “incapaz total” o “depravados totalmente”, endurecidos, que odian a Dios y que necesitan algún tipo de gracia irresistible para efectuar la fe. Ya tenían fe en Dios, simplemente aún no sabían del Mesías.
Por supuesto, estos gentiles "que temían a Dios" aún no habían llegado a creer específicamente en Jesucristo para ser regenerados (nacidos de nuevo), pero eso se debe a que aún no habían oído el evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree (Rom 1:16). ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? como pregunta Pablo en Romanos 10:14?
Estos gentiles temerosos de Dios están preparados o listos para recibir el misterio del evangelio que primero fue recibido por inspiración a través de los santos apóstoles (Efesios 3:1-10). Incluso se podría decir que son "ordenados, dispuestos o preparados" (Gr. tasso) para escuchar la verdad que les es traída en este día.
Además, ¿podría ser que Dios ya había “puesto Su favor sobre” estos gentiles y “los que estaban destinados a la vida eterna abrazaron la fe” (Hechos 13:48 BLP) porque tienen un corazón humilde y contrito que ha creído en la revelación que se les ha dado ( Isaías 66:2)? Como explica claramente el salmista,
“¿Quién es el hombre que teme a Jehová? Él le enseñará el camino que ha de escoger.” (Salmos 25:12)
¿Quizás Dios está dirigiendo a aquellos que han estado escuchando y aprendiendo del Padre a seguir también a Su Hijo (Juan 6:45)? ¿No tiene mejor sentido que Dios quiera que los adoradores genuinos conozcan y sigan a Cristo? Con este contexto en mente, continuemos leyendo lo que dice el texto:
“16 Entonces Pablo, levantándose, hecha señal de silencio con la mano, dijo: Varones israelitas, y los que teméis a Dios, oíd: 17 El Dios de este pueblo de Israel escogió a nuestros padres, y enalteció al pueblo, siendo ellos extranjeros en tierra de Egipto, y con brazo levantado los sacó de ella. 18 Y por un tiempo como de cuarenta años los soportó en el desierto; 19 y habiendo destruido siete naciones en la tierra de Canaán, les dio en herencia su territorio. 20 Después, como por cuatrocientos cincuenta años, les dio jueces hasta el profeta Samuel. 21 Luego pidieron rey, y Dios les dio a Saúl hijo de Cis, varón de la tribu de Benjamín, por cuarenta años. 22 Quitado éste, les levantó por rey a David, de quien dio también testimonio diciendo: He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero. 23 De la descendencia de éste, y conforme a la promesa, Dios levantó a Jesús por Salvador a Israel. 24 Antes de su venida, predicó Juan el bautismo de arrepentimiento a todo el pueblo de Israel. 25 Mas cuando Juan terminaba su carrera, dijo: ¿Quién pensáis que soy? No soy yo él; mas he aquí viene tras mí uno de quien no soy digno de desatar el calzado de los pies. 26 Varones hermanos, hijos del linaje de Abraham, y los que entre vosotros teméis a Dios, a vosotros es enviada la palabra de esta salvación. (Hechos 13:16-26)
Pablo resume el propósito de Dios de elegir a Israel cuando afirma: “Dios levantó a Jesús por Salvador a Israel… a vosotros es enviada la palabra de esta salvación”. Dios ha escogido traer Su Mesías y Su Mensaje a través de Israel. No se dice nada acerca de que Dios eligió salvar irresistiblemente a los individuos de Israel, sino que cumpliría Su promesa a Abraham al bendecir a todas las naciones a través de su simiente. Dios se está asegurando de que todos aquellos que ya lo adoran genuinamente también conozcan a Su Hijo. Estos son los que estarían preparados, designados u ordenados para recibir esta buena noticia.
El texto continúa en el versículo 38 para mostrar este contexto histórico:
“ 38 Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de él se os anuncia perdón de pecados, 39 y que de todo aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree.” (Hechos 13:38-39)
Note que el apóstol está llamando la atención sobre el hecho de que todos, sin importar su nacionalidad, pueden ser justificados ante Dios por medio de la fe (creer). También enseña que la justicia es inalcanzable a través de la ley de Moisés, pero ¿prueba eso que es igualmente inalcanzable a través de la fe?
Los calvinistas suponen erróneamente que creer en Aquel que cumplió la ley por nosotros es tan inalcanzable como cumplir nosotros mismos las demandas de la ley.
En otras palabras, los calvinistas han concluido que si no puedes alcanzar la justicia bajo la ley de Moisés, entonces tampoco puedes poner tu confianza en Cristo, el que cumplió esa ley. Esto es un “non-sequitur” y no está respaldado en ninguna parte o en ninguna de las páginas de las Escrituras.
El Apostol Pablo continúa en el versículo 40 diciendo:
40 Mirad, pues, que no venga sobre vosotros lo que está dicho en los profetas: 41 Mirad, oh menospreciadores, y asombraos, y desapareced; Porque yo hago una obra en vuestros días, Obra que no creeréis, si alguien os la contaré.
Se predice la incredulidad de Israel, ya que sus corazones se habían endurecido después de la continua rebelión continúa. Si uno continúa revelándose al suprimir la verdad, eventualmente “se envanecieron en sus razonamientos” y Dios puede entregarlos “a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones” (Rom. 1:21-28). Incluso pueden ser sellados en esa condición o cegados de la verdad por un tiempo por Dios para un buen propósito redentor (Jn 12:39-41; Rom 11). Los teólogos a veces se refieren a esto como el "endurecimiento judicial de Israel", que NO es una representación de una condición del corazón desde el nacimiento, como supone la sistemática calvinista.
En Hechos 28:23-28, Pablo establece esta clara distinción
“23 Y habiéndole señalado un día, vinieron a él muchos a la posada, a los cuales les declaraba y les testificaba el reino de Dios desde la mañana hasta la tarde, persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas. 24 Y algunos asentían a lo que se decía, pero otros no creían. 25 Y como no estuviesen de acuerdo entre sí, al retirarse, les dijo Pablo esta palabra: Bien habló el Espíritu Santo por medio del profeta Isaías a nuestros padres, diciendo: 26 Ve a este pueblo, y diles: De oído oiréis, y no entenderéis; Y viendo veréis, y no percibiréis; 27 Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, Y con los oídos oyeron pesadamente, Y sus ojos han cerrado, Para que no vean con los ojos, Y oigan con los oídos, Y entiendan de corazón, Y se conviertan, Y yo los sane. 28 Sabed, pues, que a los gentiles es enviada esta salvación de Dios; 23 Y habiéndole señalado un día, vinieron a él muchos a la posada, a los cuales les declaraba y les testificaba el reino de Dios desde la mañana hasta la tarde, persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas. 24 Y algunos asentían a lo que se decía, pero otros no creían. 25 Y como no estuviesen de acuerdo entre sí, al retirarse, les dijo Pablo esta palabra: Bien habló el Espíritu Santo por medio del profeta Isaías a nuestros padres, diciendo: 26 Ve a este pueblo, y diles: De oído oiréis, y no entenderéis; Y viendo veréis, y no percibiréis; 27 Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, Y con los oídos oyeron pesadamente, Y sus ojos han cerrado, Para que no vean con los ojos, Y oigan con los oídos, Y entiendan de corazón, Y se conviertan, Y yo los sane. 28 Sabed, pues, que a los gentiles es enviada esta salvación de Dios; y ellos oirán.”
El apóstol explica explícitamente la capacidad de aquellos que aún NO se han vuelto insensibles. “Para que vean con los ojos, Y oigan con los oídos, Y entiendan de corazón, Y se conviertan, Y yo los sane”.
Cualquiera que haya estado involucrado en la obra misionera puede testificar del hecho de que llevar el evangelio a áreas donde no se ha predicado antes suele tener mucha más recepción que las regiones saturadas de conocimiento cristiano. ¿Por qué es esto? Las personas que rechazan la revelación de Dios se vuelven insensibles a ella con el tiempo. No nacen en esta condición, pero pueden crecer en este estado endurecido y cegado a través de la rebelión continúa.
Esta es probablemente la razón por la que Jesús usa a un niño como ejemplo de cómo debemos ser si queremos entrar en Su reino (Mateo 18:3). Si todos nacen sin la capacidad de responder positivamente al evangelio, ¿por qué Jesús usaría a un niño al azar como ejemplo de cómo debemos ser? ¿Acaso no es el niño igual depravado y endurecido desde el nacimiento como el israelita de 80 años según el sistema calvinista? La diferencia es que el niño es humilde y moldeable porque todavía su corazón no se ha “endurecido”. El niño es pecador, pero aún no está endurecido. El texto continúa en Hechos 13:42-46:
42 Cuando salieron ellos de la sinagoga de los judíos, los gentiles les rogaron que el siguiente día de reposo les hablasen de estas cosas. 43 Y despedida la congregación, muchos de los judíos y de los prosélitos piadosos siguieron a Pablo y a Bernabé, quienes hablándoles, les persuadían a que perseverasen en la gracia de Dios. 44 El siguiente día de reposo se juntó casi toda la ciudad para oír la palabra de Dios. 45 Pero viendo los judíos la muchedumbre, se llenaron de celos, y rebatían lo que Pablo decía, contradiciendo y blasfemando. 46 Entonces Pablo y Bernabé, hablando con denuedo, dijeron: A vosotros a la verdad era necesario que se os hablase primero la palabra de Dios; mas puesto que la desecháis, y no os juzgáis dignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los gentiles.
¿Suena familiar? Esto es exactamente de lo que habla en Hechos 28:27-28 como reflejo de la insensibilidad de Israel a la revelación de Dios. El pueblo elegido fue endurecido porque estaba saturado de revelación, entonces la revelación es enviada a los no elegidos, los pecadores paganos. Dios “corta” a Israel e “injerta” todas las naciones del mundo (ref. a Romanos 11). Esto es a lo que se refiere “la elección” a lo largo de las Escrituras: la elección de Dios para traer Su revelación específica (a través de mensajeros elegidos), primero a los judíos y luego a los gentiles (todas las demás naciones).
Note en versículo 46 que Lucas considera el rechazo del evangelio por parte de los judíos como su propia consideración de ser indignos de la vida eterna (no el rechazo de Dios hacia ellos), lo cual es la antítesis del versículo 48 donde la creencia de los gentiles en el evangelio es prueba de ser preparado o "ordenados" para la vida eterna (es decir, injertados). Entonces, de la misma manera que Israel se consideró indigno de la vida eterna por su rebelión a la revelación de Dios, lo que los llevó a ser cortados, ahora los gentiles, que NO fueron endurecidos de la misma manera, sino que en gran parte estaban abiertos para escuchar y creer la verdad del evangelio, están siendo injertados por la fe. Esto es precisamente lo que Pablo explica en su resumen del capítulo 9 de Romanos:
“30 ¿Qué, pues, diremos? Que los gentiles, que no iban tras la justicia, han alcanzado la justicia, es decir, la justicia que es por fe; 31 mas Israel, que iba tras una ley de justicia, no la alcanzó. 32 ¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino como por obras de la ley, pues tropezaron en la piedra de tropiezo”. (Romanos 9:30-32)
Ahora, conociendo este contexto, donde Israel está endurecido y por lo tanto incapaz de ver la verdad, y el evangelio está siendo llevado a todas las naciones del mundo (generalmente a los “gentiles”), lea:
“47 Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de los gentiles, A fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra. 48 Los gentiles, oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna.” (Hechos 13:47-48)
Entonces, ¿por qué estos gentiles temerosos de Dios fueron ordenados o designados para la vida eterna?
Se presentan dos posibles respuestas a esta pregunta. Usa tu propio discernimiento, bajo la guía del Espíritu Santo, mientras consideras lo que acabamos de aprender sobre el contexto del primer siglo, y decide cuál de estas respuestas se ajusta mejor a la narración:
¿Por qué los gentiles temerosos de Dios fueron designados u ordenados para la vida eterna?
Por razones misteriosas que nunca nos explicaron, Dios escogió a ciertos gentiles individuales y efectivamente obró dentro de ellos el deseo de creer en el evangelio, mientras dejaba a los judíos incrédulos en una condición corrupta innata y sin esperanza que no tenían la capacidad de corregir o cambiar desde el momento en que nacieron.
O
Los gentiles fueron “ordenados para” o “designados para” la vida eterna porque reconocieron humildemente su pecado y creyeron en Dios, a diferencia de los judíos que se habían rebelado voluntariamente y se habían vuelto insensibles a la verdad de Dios.
Algunos gentiles, como Lydia o Cornelio registrados en las Escrituras, fueron referidos como "adoradores de Dios" o "temerosos de Dios" incluso antes de que escucharan el evangelio de Cristo y creyeran. Es probable que Lucas tenga la intención de contrastar estos gentiles temerosos de Dios (preparados para llegar a la fe en gran número) con los judíos farisaicos que se han endurecido en su obstinada religiosidad, preparándose así para la destrucción. (Hechos 28:27; Romanos 9:22).
La mayoría de los eruditos calvinistas están de acuerdo en que Dios probablemente mostró misericordia a aquellos que tenían incluso una fe del tamaño de una semilla de mostaza basada en su revelación límite antes de la venida de Cristo y el conocimiento de Su obra redentora. En otras palabras, las personas que murieron antes de la venida de Cristo, pero que, como Cornelio, genuinamente temían al Señor, habrían sido "contados como justos" (es decir, designados para vida eterna) aunque nunca tuvieron la oportunidad de escuchar y creer el mensaje específico, el evangelio de Cristo. Después de todo, Dios le prometió a Abraham que “Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra” (Gén. 12:3). Aquellos que ni siquiera son de la simiente de Abraham pueden recibir la bendición de Su misericordia por gracia a través de la fe en la promesa.
El conflicto nacional impuesto por los judíos se hace aún más evidente en las palabras finales de este capítulo.
“49 Y la palabra del Señor se difundía por toda aquella provincia. 50 Pero los judíos instigaron a mujeres piadosas y distinguidas, y a los principales de la ciudad, y levantaron persecución contra Pablo y Bernabé, y los expulsaron de sus límites. 51 Ellos entonces, sacudiendo contra ellos el polvo de sus pies, llegaron a Iconio. 52 Y los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo”. (Hechos 13:49-52)
El punto abrumador de discordia entre la gente del primer siglo es el misterio que en ese momento está siendo revelado por primera vez en la historia. Ese misterio es explicado por el Apóstol Pablo en Efesios 3:1-6. Es el misterio que se ha vuelto muy común para nosotros ahora y nos referimos a él como las “buenas noticias” o el “evangelio”.
Es esta verdad del evangelio “que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio” (Efesios 3:6). Pero imagínense vivir en un mundo donde los líderes espirituales y políticos más notables creían firmemente y hacían cumplir mediante palizas y encarcelamientos su punto de vista de que solo los judíos están destinados a la vida eterna. Imagínese el conflicto y el tipo de palabras que usaría el “apóstol de los gentiles” al tratar de refutar esta guerra contenciosa contra el misterio del plan eterno de Dios para la redención de todas las naciones. En ese contexto histórico, una declaración como la que vemos en Hechos 13:48 probablemente tiene la intención de abordar las objeciones de los israelitas al injerto de Dios en muchas naciones en lugar del conflicto calvinista que vemos hoy creado por el individualismo occidental.